La Reforma Laboral aprobada el pasado año introdujo novedades importantes en materia de FORMACIÓN DE LOS TRABAJADORES aplicada a su puesto de trabajo.
Entre ellas destacan:
Este nuevo enfoque legal hace necesario que las empresas actualicen su perspectiva al respecto de la Formación y perciban que la misma es una OPORTUNIDAD PARA MEJORAR, mejorando sus productos, sus sistemas de producción, las capacidades y habilidades de sus trabajadores o la rentabilidad de sus puestos de trabajo, entre otras oportunidades.
Esta mejora se traducirá a buen seguro en el aumento de la competitividad de la empresa, en su evolución positiva en el mercado, en resumen, en el crecimiento de la empresa.
Esta inversión en Formación debe hacerse desde la planificación y el estudio previo para que la misma sea efectiva y eficiente. Incluso si la empresa tiene más de cinco trabajadores es aconsejable trazar un Plan de Formación de Empresa. Para ello es necesario que las empresas se asesoren por expertos en la materia. Solo de esta manera se conseguirá evitar que la inversión en formación se haga de forma caótica y descoordinada, y se convierta en una pérdida de recursos económicos y humanos. Estamos en tiempos de cambio y en nuestra mano está decidir si este cambio será positivo o negativo. Hay que apostar por el cambio en positivo, por mejorar, por invertir tiempo y recursos en crecer, pues cuanto más fuertes salgan de la crisis las empresas, mucho más preparadas estarán para afrontar los tiempos futuros, que seguro serán de mayor estabilidad económica.